Zona rural bosnia, 1995, una semana después del final de la Guerra de los Balcanes. Un grupo de siete soldados está quitando las minas que ellos mismos pusieron durante el conflicto. Mientras esperan refuerzos, descubren a un hombre de mediana edad que ha sido tapiado en una fábrica y lo liberan. Dice que se llama Daba, que no tiene ni hambre ni sed y que viene «de cerca». Es «uno de ellos» (refiriéndose a los serbios) y ha sido tapiado «por el enemigo».
Un film de esos que «bebe» directamente de la sobresaliente «DeadWatch» (2003), y al realizar comparaciones siempre se sale perdiendo. Aún así, resulta una película bastante inquietante, aunque se le podría haber dado muchísima más tensión. Todo rodado en un poco espacio de tierra, y en una casa bastante derruída y oscura, lo que ayuda mucho en la trama. A destacar sobre todo el papel de Daba (Tihomir Stanic); sin embargo el resto de los protagonistas me han parecido muy normalitos en sus interpretaciones. Solo para grandes minorías, y le doy un bien alto.